miércoles, 15 de junio de 2011

El paisaje es el género fotográfico más antiguo. La que se considera la primera fotografía de la historia, realizada por Nicephore Niepce, en 1826, fue un "paisaje" tomado desde la ventana de su casa. Debido a la escasa sensibilidad de los primeros soportes utilizados por Niepce, no se podían abordar otros temas (la exposición de esta primera fotografía fue de ocho horas). Hasta que las posibilidades técnicas facilitaron la realización de retratos e instantáneas, el paisaje y el bodegón fueron los temas recurrentes de los pioneros de la fotografía.

A lo largo de la historia, la fotografía de paisaje ha experimentado un amplio abanico de tratamientos y maneras de afrontar el tema. Las propias modas y, lo más importante, la gran cantidad de escenarios naturales y urbanos, han inspirado a los fotógrafos la creación de imágenes muy variadas, que van desde la plasmación "realista" del lugar, hasta la utilización del espacio para la creación de mundos imaginarios.


Uno de los grandes atractivos de la fotografía de paisaje radica en que se desarrolla en salidas, excursiones y viajes. Ello permite mantener contacto con la naturaleza o disfrutar de un paseo por una ciudad.

El trabajo reposado y, en muchas ocasiones, la ayuda del trípode, son aspectos básicos en la fotografía de paisaje. Si bien es cierto que se pueden obtener excelentes fotografías viajando en coche, el paseo a pie, la mirada atenta, saber apreciar los cambios de luz y la elección del punto de vista, son los mejores aliados del fotógrafo paisajista.

 El paisaje natural

Por paisaje natural se entienden todos aquellos escenarios en los que predomina la naturaleza. Esta definición se empezó a utilizar cuando algunos fotógrafos se interesaron por el paisaje urbano (fue una forma de intentar diferenciar los escenarios de trabajo). Algunos fotógrafos entienden que incluso se puede hablar de fotografía de naturaleza, que es aquella en la que no aparece rastro alguno de la presencia del ser humano.



Paisaje Urbano
La fotografía de paisaje urbano ha tenido grandes adeptos durante el Siglo XX. La proximidad del escenario (el trabajo se puede desarrollar en tu ciudad o, incluso, tu barrio), hace que el paisaje urbano sea un tema al alcance de cualquier fotógrafo.
El igual que hizo Niepce en la primera fotografía de la historia, las ventanas de las viviendas urbanas son una excelente fuente de inspiración. Desde ellas se pueden apreciar los cambios en la luz a lo largo del día y, en ocasiones, proporcionar excelentes y espectaculares imágenes.

Paisaje y perspectiva

La perspectiva es una forma de representar la sensación de tridimensionalidad en dos planos. Para potenciar la perspectiva de tus fotografías puedes utilizar dos recursos, tan simples como efectivos:
  • Utilizar un objetivo gran angular
  • Colocar algún elemento en primer término y a un lado del encuadre.
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     El punto de vista

    En la fotografía de paisaje la elección del punto de vista resulta crucial. Un extenso escenario puede quedar reducido a casi nada si el punto de vista no permite verlo en su totalidad. En general, un ligero picado (punto de vista de arriba a bajo) suele mejorar cualquier fotografía de paisaje.

     

    La profundidad de campo

    En la fotografía de paisaje deberás controlar el enfoque y la profundidad de campo. Por lo general, se tiende a enfocar la parte central de la imagen, pero ya has estudiado que ésta no es ni la única ni la mejor opción para enfocar. Utiliza las posibilidades de la profundidad de campo para controlar la zona enfocada de tus fotografías. Recuerda que la profundidad de campo es el espacio enfocado que se obtiene en una fotografía gracias al diafragma utilizado.




    Concluimos que la fotografía de paisajes es una de las disciplinas más profusamente practicadas por todos los fotógrafos. No importa si son profesionales o novatos. Prácticamente el cien por cien de las personas que alguna vez han empuñado una cámara se han parado delante de un idílico paraje campestre para hacer un par de fotografías. No todas salen bien. La fotografía de paisajes es una disciplina que engaña, y no es tan fácil como parece ejecutarla correctamente. La primera lección: para ver, primero hay que saber mirar.
    Los fotógrafos paisajistas suelen trabajar en una franja horaria bastante reducida. Las luces más apreciadas son las que se producen entre el alba, el amanecer y los primeros minutos de sol directo y, por la tarde, desde que el sol incide oblicuamente hasta el crepúsculo. Al alba y en el crepúsculo, la luz es difusa y tiene un cierto grado de misterio. A primera y última hora del día, con sol directo, la luz incide lateralmente, el paisaje gana en volumen y las texturas son más evidentes.
    Escoger una luz de mañana, de mediodía o de tarde, no sólo significa "iluminar" la escena de forma diferente, si no también que la temperatura de color de la luz (la dominante de color) será distinta. A primera y última hora del día, la luz será cálida, mientras que a mediodía la luz será más neutra. También debes tener en cuenta que en escenas de playa o alta montaña, la dominante de color de las fotografías será azulada, debido a la alta temperatura de color.